En un hecho que ha generado indignación mundial, un ataque aéreo israelí cobró la vida de cinco periodistas de Al Jazeera, incluido el reconocido corresponsal Anas al-Sharif. El bombardeo impactó una carpa de medios ubicada fuera del hospital Al-Shifa, lo que ha sido calificado por diversas organizaciones como un intento deliberado de silenciar la cobertura de la crisis en Gaza. La ONU y organizaciones de derechos humanos condenaron la acción y exigen una investigación inmediata, mientras crecen las acusaciones contra Israel por la muerte de más de 200 periodistas en los últimos dos años.
«Este ataque es un crimen de guerra y un acto que busca intimidar y censurar a quienes informan desde el terreno», expresó un portavoz de Al Jazeera.
La tensión en la región aumenta, y la comunidad internacional evalúa posibles sanciones o medidas diplomáticas para frenar los ataques contra la prensa en zonas de conflicto.
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