En Tuxtla Gutiérrez ya escasean los tanques de Oxigeno
Chiapas vive nuevamente uno de sus momentos más complejos desde el comienzo de la pandemia, la entidad enfrenta desde hace semanas una escasez de oxígeno y los hospitales reportan índices de saturación.
Ahora quienes luchan contra la COVID-19 en casa enfrentan un mortal desafío; la escasez de tanques de oxígeno, desde muy temprana hora, en uno de los centros de distribución de dicho insumo, se puede ver largas filas esperando rellenar los depósitos para trasladarlos a distintos lugares del estado.
En la esquina del establecimiento lo llaman rogando oxígeno para uno de sus familiares, una fila de aproximadamente 40 carros espera, él es el número 9, dice que llegó a las 6:30 de la mañana, porque un día antes ya no pudo pasar, el lugar cerró a las 4:00 de la tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos, ¡no hay oxigeno, no hay tanques!.
No todos los que están esperando tienen la fortuna de pagar por este servicio, relatan que “hay que vender algunas cosas, para poder comprar los medicamentos, el oxígeno y pagar doctor particular”, el precio de los tanques de oxigeno va desde los 971 pesos, hasta los mil 283, las personas llegan desde colonias lejanas, hasta cuatro horas de camino, con la esperanza de llevar ese aliciente a sus pacientes.
Los médicos señalan que parte de la razón por la que ahora mueren tantas personas, es la escasez; simplemente no hay suficientes tanques de oxígeno.
“El oxígeno ahorita es como el agua”, dijo Ángel, un médico que trabaja en el búnker COVID, “es algo vital nuevamente”.
La nueva cepa nuevamente ha puesto a prueba el suministro de oxígeno en los hospitales, sin embargo, la escasez se está sintiendo dentro de los hogares, donde la mayor parte de la población se está atendiendo.
La estadística no es igual a la primera ola de contagios, “ocho de cada diez camas de hospital están ocupadas”, actualmente las salas de urgencias de hospitales donde no recibían a las personas enfermas de COVID, se han convertido nuevamente, muchos pacientes se niegan a buscar atención médica, impulsados por una desconfianza muy arraigada que hay en Chiapas.
De acuerdo con los especialistas para sobrevivir en casa, los pacientes más enfermos necesitan que se les bombee oxígeno purificado a los pulmones las 24 horas del día, lo que hace que sus amigos y familiares se vean obligados a ir en busca de tanques y rellenarlos varias veces al día.
A pesar que las autoridades de salud han reforzado el despliegue de acciones para controlar el rebrote, entre ellas la vacunación masiva, visitas preventivas casa por casa, los contagios día a día van a la alza.
Y en México solo hay dos compañías que producen este vital producto, la mayor parte del que se reparte en el país; sin embargo, la infraestructura de producción es insuficiente, pues requiere equipos específicos, los cuales no se fabrican en cantidades masivas; asimismo, los depósitos utilizados para almacenarlo requieren estrictas especificaciones por la alta presión que deben tener.
La escasez no obedece principalmente a la producción nacional, que está en los límites, sino a una disrupción en la cadena de entrega, porque de pronto aumentó la demanda, fue indispensable una gran cantidad de tanques que no se habían fabricado y, por otro lado, el proceso de llenado no es instantáneo.
Otra de las opciones para esta escasez son los generadores de oxígeno, dependiendo del modelo, éstos pueden producir de uno a cinco litros por minuto, a una persona con problemas para respirar o con efectos de la COVID-19 le serán más que suficientes dos litros por minuto; para casos graves se requieren tres o cuatro litros de oxígeno, es decir, no necesitan más que un oxigenador.
Estos equipos utilizan un sistema sofisticado de funcionamiento y pueden estar trabajando día y noche sin ningún problema, no obstante, el inconveniente es que no se fabrican en México, son importados y su precio ha subido en forma extraordinaria.