Reapertura de zonas turísticas, un alivio para comunidades

13 de octubre del 2020

Uno de los sectores económicos que se ha visto afectado por la actual pandemia del coronavirus ha sido el turismo; y que en el caso de Chiapas, decenas de comunidades dependen de esta actividad como medio de sustento.

En municipios como Ocosingo así como en toda la región que compete a la Selva Lacandona, existen centros ecoturísticos que significan una parada obligatoria para los visitantes, tanto nacionales como extranjeros, por lo que el cierre de éstos durante los meses más críticos de la pandemia, ocasionó una baja considerable de ingresos, sobre todo para comunidades y ejidos aledaños.

La ausencia de vacaciones obligó a cooperativas, muchas de ellas integradas por lacandones, a desempeñar otras actividades para obtener ingresos distintos al turismo, como es la siembra de diversos cultivos.

En semanas pasadas se llevó a cabo la reapertura al público de centros ecoturísticos enclavados en la Selva Lacandona, lo que representa una gran inyección económica para las diversas cooperativas que administran estos espacios de esparcimiento.

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Estos incluyen la reapertura gradual de las zonas arqueológicas, como es el caso de Palenque, uno de los sitios de mayor interés para los turistas que visitan la selva chiapaneca.

Después de múltiples gestiones y valoraciones por parte de los representantes de estos espacios y de los delegados del Ayuntamiento; centros ecoturísticos como las lagunas de Metzabok y Naha; la zona arqueológica de Toniná, Bonampak y Yaxchilán; así como las cascadas de Roberto Barrios, son algunos de los lugares que ya se encuentran abiertos para el turismo.

Asimismo, las comunidades que se encuentran inmersas en estos sitios ya empezaron con la producción de sus artesanías y artículos referentes a los centros ecoturísticos.

Lacandones han empezado a ofrecer las recorridos por las diversas lagunas, lo que significa la generación de ingresos para sus familias.

El regreso paulatino a la normalidad de la actividad turística en la Selva Lacandona no sólo contribuye a la economía de los lugareños, sino también implica conservar esta importante zona ecológica, pues con ello se evita la tala de cientos de hectáreas y se frena el avance de la ganadería.

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“Son muchos los beneficios que trae para nuestra comunidad, pues contribuye al desarrollo sustentable, ayuda a la economía local y lo más importante es que promueve el cuidado del medio ambiente”, indicaron un grupo de lacandones.

Previo a esta reapertura, los prestadores de servicios turísticos recibieron capacitación sobre los medidas y protocolos de higiene que deben de implementar en sus negocios a fin de evitar contagios por el virus del Covid-19, y que ha sido una de las condiciones para la operación de los diversos establecimientos.

Fuente: Cuarto Poder